¿A qué productor lechero le gusta “pagar el pato” al final del mes debido a las pérdidas generadas por la mastitis? Probablemente a ninguno. Hay tantos costos en la rutina diaria de la finca lechera que, en algunos casos, un gasto adicional o no previsto genera un trastorno tremendo.
Prevenir que surjan imprevistos contribuye a tener un mayor control del negocio y dirigir la explotación lechera de manera más precisa. La idea de este artículo es mostrar al lector por qué y cómo debemos evitar que la mastitis sea considerada el talón de Aquiles de la ganadería lechera.
Tanto la mastitis clínica como la subclínica aumentan los gastos de la finca lechera e impactan en el bienestar de los animales. En el primer caso, las principales pérdidas se deben al uso de medicamentos, menor producción de leche y descarte de leche cuando se utilizan antibióticos. En el segundo, la menor producción de las vacas y la reducción en el rendimiento para la fabricación de lácteos resultan en penalizaciones y, consecuentemente, en menores precios pagados al productor. Esto ocurre principalmente debido al aumento en el recuento de células somáticas (CCS) en el tanque.
Es interesante destacar la importancia del manejo correcto de los datos financieros y de la producción de la finca para que el productor pueda estimar las pérdidas reales causadas por la enfermedad en el rebaño, ya que algunos gastos son más perceptibles (costos directos), pero otros son más difíciles de estimar (costos indirectos). Algunos ejemplos de costos indirectos pueden ser el aumento del riesgo de abortos y las pérdidas a largo plazo en la producción de leche.
En una investigación realizada por Rollin et al (2015) para estimar el impacto económico de la mastitis clínica durante los primeros 30 días de lactancia, se observó que los costos indirectos representaron nada más y nada menos que el 71% de los costos totales. Estos incluyeron el descarte prematuro de animales (41%), pérdida de producción de leche (28%) y pérdidas reproductivas (2%). En cuanto a los costos directos, se incluyó el uso de medicamentos (8%), descarte de leche (6%), muerte de animales (7%), mano de obra (5%), diagnóstico (2%) y servicios veterinarios (1%).
Agente causante de la mastitis vs. Pérdidas por mastitis clínica
El conocimiento preciso de las pérdidas de producción relacionadas con los principales patógenos causantes de la mastitis ayuda en la toma de decisiones sobre el tratamiento a utilizar. Además, proporciona estimaciones de las pérdidas de producción de leche para casos específicos de mastitis clínica.
Varios estudios sugieren que las pérdidas productivas varían según el agente causante, y en uno de ellos, investigadores del Laboratorio Quality Milk Production Services de la Universidad de Cornell (Ithaca, EE. UU.) evaluaron el efecto de casos de mastitis clínica causada por diferentes patógenos en la producción de leche durante toda la lactancia de vacas Holstein. Se recopilaron datos de 38.276 lactancias de vacas de cinco hatos lecheros del estado de Nueva York durante el período de 2003 a 2011. Se consideraron los primeros tres casos de mastitis clínica diagnosticados durante una lactancia, y se evaluaron ocho categorías de patógenos. Concluyeron que las mayores pérdidas de producción de leche se observaron en vacas con mastitis clínica causada por E. coli, aunque con un efecto menor en las pérdidas de producción en las semanas siguientes al diagnóstico de la infección intramamaria en comparación con las vacas infectadas con S. aureus. Se concluyó que en los casos de S. aureus, se producen lesiones en el tejido secretorio de la glándula mamaria, que posteriormente es reemplazado por tejido conjuntivo no secretorio, lo que reduce el potencial de producción de las vacas. En cambio, las infecciones intramamarias causadas por E. coli tienen un mecanismo de acción diferente: provocan una inflamación aguda que afecta a los alvéolos de la glándula mamaria, y este cuadro resulta en lesiones menos permanentes y perjudiciales para el tejido mamario.
Estos datos también pueden ser útiles para la toma de decisiones sobre el tratamiento y las prácticas de manejo que deben adoptarse en casos específicos de mastitis clínica, como el descarte y la reposición de vacas. Es por esto y otras razones que la cultura en la finca se convierte en una gran aliada, haciendo que los protocolos sean más eficientes y reconociendo con claridad al enemigo con el que estamos lidiando.
Mastitis subclínica, alto CCS y sus impactos negativos
El CCS se considera uno de los principales criterios de calidad de la leche, ya que está correlacionado con la composición, el rendimiento industrial y la seguridad alimentaria. Mientras que para los productores, el CCS de la leche indica la salud de las glándulas mamarias de las vacas y señala pérdidas significativas de producción y alteraciones en la calidad de la leche, para la industria significa problemas en el procesamiento de la leche y una reducción en el rendimiento. Esto se debe a que influye en los niveles más bajos de caseína, grasa y lactosa, lo que resulta en productos de baja calidad y estabilidad. Según la literatura, el aumento del CCS altera la composición de la leche, la actividad enzimática, el tiempo de coagulación, la productividad y la calidad de los productos lácteos.
Para cuantificar las pérdidas causadas por grupos específicos de bacterias causantes de mastitis (contagiosas y ambientales) en la producción y composición de la leche de cuartos, se realizó un estudio en 2017 por el equipo de Qualileite FMVZ/USP. Se evaluó el efecto de la mastitis subclínica causada por diferentes tipos de patógenos en el CCS y la producción de leche de cuartos mamarios contralaterales (sanos e infectados) y en el retorno económico (producción de leche del cuarto mamario × precio de la leche), mediante estimaciones de un programa de pago por calidad de la leche.
Para realizar el estudio, se evaluaron 650 vacas en lactancia de siete hatos lecheros durante tres semanas consecutivas para identificar vacas con mastitis subclínica. Considerando la corrección del precio de la leche de los últimos 20 años, el precio medio de la leche brasileña se estableció en ese momento en US$0,31/L (R$0,94/L). Después de estos cálculos preliminares, se estimó el pago por calidad de la leche utilizando un programa de una empresa de lácteos comercial.
Se comparó el CCS y la producción de leche de cuartos mamarios infectados por patógenos ambientales con cuartos contralaterales sanos. Los cuartos sanos presentaron una mayor producción de leche (3,64 L/cuarto.ordeñado) en comparación con los cuartos contralaterales infectados por patógenos ambientales (3,08 L/cuarto.ordeñado). De manera similar ocurrió con los cuartos infectados con patógenos contagiosos: los cuartos sanos produjeron en promedio 0,73 L/cuarto.ordeñado más que los cuartos contralaterales infectados. Entre los patógenos aislados causantes de mastitis subclínica (n = 15), las pérdidas en la producción de leche variaron de 0,07 kg/cuarto.ordeñado (cuartos infectados por Corynebacterium spp.) hasta 2,9 kg/cuarto.ordeñado (E. coli, Figura 1).
![Figura 1. Pérdidas de producción de leche a nivel de cuartos mamarios por patógeno causante de mastitis subclínica. *Resultados significativos (P<0.05). ** Resultados que mostraron tendencia (P<0.1).](imagen del gráfico)
Las pérdidas económicas variaron de US$0,02 a 0,98/cuarto.ordeñado, siendo mayores en los casos de mastitis subclínica causada por Enterococcus spp. (US$0,43/cuarto.ordeñado), Streptococcus dysgalactiae (US$0,74/cuarto.ordeñado) y E. coli (US$0,98/cuarto.ordeñado). S. aureus resultó en pérdidas económicas de US$0,26/cuarto.ordeñado (Figura 2).
[Figura 2. Pérdidas económicas a nivel de cuartos mamarios por patógeno causante de mastitis subclínica. *Resultados significativos (P<0.05). ** Resultados que mostraron tendencia (P<0.1).](imagen del gráfico)”
En términos generales, la pérdida económica fue menor en cuartos mamarios con mastitis subclínica causada por patógenos ambientales (US$0,18/cuarto.ordeñado) en comparación con la pérdida causada por patógenos contagiosos (US$0,22/cuarto.ordeñado). Al igual que ocurre en la mastitis clínica, se demuestra aquí que el tipo de patógeno presente en el rebaño también influye en el impacto de la mastitis subclínica en las vacas.
Cuanto mayor es el CCS, mayores son las pérdidas en la producción de leche
Hand y colaboradores (2012), al estudiar 2,835 hatos, observaron que cuanto mayor era el recuento de células somáticas de los animales, mayor era la pérdida de producción de leche. Las vacas primíparas con CCS individual de 200 mil cél/mL dejaron de producir 1,8% de leche/día, y las vacas multíparas con la misma contabilidad de células somáticas dejaron de producir 2,5% de leche/día. Por otro lado, las vacas primíparas y multíparas con CCS individual de 2 millones de cél/mL dejaron de producir 7,6% y 10,9% de leche/día, respectivamente.
En resumen, los hechos son los que mandan: controlar la mastitis e invertir en la calidad de la leche son premisas que deben estar en la cima de las prioridades de los productores lecheros. ¡Piénselo y siga con el buen trabajo!
Sobre OnFarm
OnFarm ofrece una solución simple, innovadora y única que permite la identificación de la causa de la mastitis en 24 horas, en la propia finca, a través de la cultura microbiológica. Conocer el agente de manera rápida es indispensable para el éxito de cualquier programa de control de la mastitis. La tecnología cree en el empoderamiento de los productores para que tomen decisiones cada vez más acertadas. El productor siempre primero. Para obtener más información, visite: https://onfarm.com.br/ o póngase en contacto por WhatsApp (19) 97144-1818 o correo electrónico: contato@onfarm.com.br | Síganos en redes sociales: Instagram | Facebook | LinkedIn | Youtube
Autores del texto:
Raquel Maria Cury Rodrigues, Zootecnista por la Unesp de Botucatu.
Giulia Soares Latosinski, Médica Veterinaria, Maestra en Medicina Veterinaria Preventiva con énfasis en calidad de leche, diagnóstico y control de mastitis bovina por la FMVZ/UNESP Botucatu y Analista de Éxito del Cliente en OnFarm.